María Matienzo
Yo no tengo ganas de abrazarte como el resto. Yo tengo ganas de gritarte como siempre hago, y tú te callas y me escuchas, cosa que nadie entiende, porque tú no te le callas a nadie. No importa que después hagas lo que te dé la gana, aunque siempre terminas tomando algo de mis gritos para ti, haciéndolos tuyos.
Quiero gritarte que no aguanto otro noviembre sin ti. Todavía no me repongo del pasado, el del 2020, donde aguanté silencios, desplantes y tu decisión de morirte por una causa que aún no me queda clara que valga tu vida.
La gente dirá: “Esta niña está enamorada de él también”, pero tú sabes que no, que mi amor es de Kirenia y que ni yo misma sé porqué no puedo desistir de darte la mano aunque muchas veces la fuerza no me dé para más. Aunque tenga más ganas de gritarte que de abrazarte.
No, no te quiero preso ni por la libertad de Cuba ni por nada del mundo. Siento que hay demasiado público en un circo del que tú eres protagonista, pero como mismo me niego a verte como “el gran líder” también me niego a verte como un “payaso”. Así que te prefiero creando, y me da lo mismo que sea en San Isidro que en New York. Te prefiero cumpliendo la promesa que nos hiciste en la sala de la casa.
Hace meses que te evito, para ni siquiera soñar contigo. No quiero que uno de tus ángeles de la guarda se me cuele en la casa a media madrugada para contarme detalles que sólo él sabe. No quiero prender una vela más por ti, quiero que seas juicioso, que te largues, sé que no te merecemos.
No quiero que nadie más escriba su propia historia sobre tu piel, que nadie fabule sobre tu destino, que nadie se invente una historia de terror sobre tu vida.
Tú tampoco eres de mármol, el cuerpo es finito, se acaba, de desgasta. Yo no quiero tener un amigo héroe, yo quiero tener un amigo vivo. Quiero que como nos prometimos, podamos reírnos de viejos de las locuras que hemos hecho hoy, de la locura que es vivir en este país.
Soy egoísta, lo sé y no me arrepiento. Soy egoísta a conciencia, pero ese es un camino también. Estoy tratando de garantizar tu sonrisa aunque sea por videochat, estoy tratando de garantizarme un poco de paz y felicidad.
Ahora con los premios de Patria y Vida me he vuelto a acordar del día en que salió el tema y que lo gozamos (delante de la cámara), hablando de los cuadritos del abdomen de Yotuel, y de tu barriga arreglada en Photoshop. (Maykel no está arreglado, él sí está bueno cantidad)
Y la verdad es que quiero repetir estos momentos. No quiero que sean los últimos, ni que sean un recuerdo y ya.
No, esta vez no sé cómo comunicarme con él. No puedo darle ningún recado. Nadie le ha dado mi teléfono, porque supongo que se les haya olvidado. Por eso cuando Boris González Arenas me habló de este diario virtual, de este epistolario imaginario, le dije que sí, porque no puedo evitarlo.
PS: a veces me reprocho mi ingenuidad al pensar que empujando por todos los que salieron el #11J te iba a liberar a ti. Me tardé, casi un mes después logré entender que la cosa era más compleja, y que a los n3gros nos olvidan fácil.
Tengo mucho que contarte, pero espero hacerlo en persona. Sabes que no me rindo fácil.
Comments